Las danzas tenían una forma binaria simple, es decir, dos secciones más o menos iguales. Una suite constaba de unos diez movimientos. Solía comenzar con un preludio. La primera danza podía ser una alemanda, de ritmo rápido; luego una corrente y una zarabanda; una bourrée, de tiempo moderado, y así sucesivamente, para finalizar con una danza viva, como la giga. La suite tuvo su apogeo con Georg Friedrich Händel y Johann Sebastian Bach, durante el siglo XVIII. Al finalizar el barroco, la suite fue una forma musical sofisticada que mezclaba distintas tonalidades, contrastaba materiales temáticos presentándolos al inicio de la pieza y reexponiéndolos en su final. Anuncia, en definitiva, el origen de la sonata, que reemplazará a la suite como género instrumental en la segunda mitad del siglo XVIII. En resumen, la suite es la unión en una sola obra de varias danzas de distinto carácter y ritmo, con el que consigue dar el sentido dramático de «contraposición», típico del Barroco.
Tipos:
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Allemande: Literalmente, alemana. Es la pieza que se coloca en primer lugar siempre que no haya un preludio inicial. Su tiempo es moderado y está en compás de 2/4. Posee una forma binaria y su característica más importante es el inicio en anacrusa.
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Courante: Literalmente, que corre. Esta pieza de movimiento rápido está en compás ternario y es totalmente contrastante con la Allemande. Suele iniciar en anacrusa y su forma es binaria, similar a la Allemande.
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Zarabanda: De movimiento lento y escrita en compás de 3/4, su origen se centra en España durante el S.XVI, pasando a Italia a principios del S.XVII gracias al repertorio de obras para guitarra española. Posee una forma binaria, y en sus melodías son frecuentes los trinos, grupetos, mordentes y todo tipo de adornos habituales en el barroco.